La fiebre Dengue es una enfermedad infecciosa viral que se transmite por medio de la picadura de los mosquitos Aedes aegyptí o Aedes Albopictus infectados, estos son los mismos vectores del Chikunguña y zika. Se reconoce un espectro de manifestaciones de la enfermedad que va desde procesos asintomáticos hasta cuadros severos; es así como se definen diversas formas clínicas: dengue sin signos de alarma, dengue con signos de alarma, y el dengue grave donde se encuentran incluidos el dengue hemorrágico (DH), el síndrome de choque dengue (SCD) y otras complicaciones del dengue como miocarditis, encefalitis, hepatitis las cuales se asocian con mayor mortalidad.

Los principales síntomas son: fiebre, malestar general, dolor de cabeza, dolor detrás de los ojos (retro-ocular), dolores articulares y brote en la piel. Pueden existir otras manifestaciones como dolor abdominal, vómito y manifestaciones hemorrágicas.

Ante la impresión diagnóstica de Dengue, el médico que lo atiende le indicará los pasos a seguir. Si no se identifican signos de alarma y usted no hace parte de población a riesgo (embarazada, diabético, entre otros) usted podrá recibir tratamiento en casa con reposo, hidratación, acetaminofén y educación sobre signos de alarma para regresar al médico. En casos donde el médico identifique algunas manifestaciones que sugieran cuidado más estricto le ordenará hospitalización.

No existe un tratamiento específico para el virus del Dengue. El tratamiento está dirigido a manejar los síntomas y complicaciones si se llegaran a presentar.

Los procedimientos relacionados con la atención del paciente con dengue se encuentran incluidos del POS.

No hay vacuna contra el virus del dengue. El tratamiento se concentra en aliviar los síntomas.

La fiebre Chicunguña es una enfermedad viral que se propaga por la picadura de los mosquitos Aedes aegyptí o Aedes Albopictus infectados, que son los mismos vectores del dengue y zika.

El origen de esta palabra viene de la lengua africana makonde, que quiere decir “doblarse por el dolor”. Este virus fue detectado por primera vez en Tanzania en 1952. A partir de 2004, se han reportado brotes intensos y extensos en África, las islas del Océano Índico, la región del Pacífico incluyendo Australia y el sudeste asiático (India, Indonesia, Myanmar, Maldivas, Sri Lanka y Tailandia). En 2007 el virus ocasionó un brote en Italia, en la región de Emilia-Romagna, al ser trasmitido localmente por Ae. albopictus. Antes de la primera confirmación de la transmisión autóctona, en la región se habían registrado varios casos importados de viajeros que habían vuelto con el virus de Asia o África.

Generalmente dura entre cinco y siete días. El Chicunguña se caracteriza por un brote súbito de fiebre, acompañado por dolor en las articulaciones o artritis severa de inicio agudo, en personas que residen o han visitado áreas endémicas o epidémicas durante las dos semanas anteriores al inicio de los síntomas. La mayoría de los pacientes se recuperan totalmente, pero en algunos casos, la afectación de las articulaciones puede persistir de manera crónica. Aunque las complicaciones serias no son frecuentes, en el caso de adultos mayores, niños y embarazadas hay que estar muy atentos.

El diagnóstico es clínico, informando al profesional de salud el nexo epidemiológico y en marco de la consulta médica. Para fines epidemiológicos, se realiza diagnóstico por aislamiento viral, detección de ARN viral por RT-PCR, detección de IgM en una sola muestra de suero (recogida durante la fase aguda convaleciente), o aumento de cuatro veces en el título de anticuerpos específicos para CHIKV (muestras recogidas con al menos dos o tres semanas de diferencia).